“¿Gira a la izquierda o a la derecha? Así se ve el tablero político de Latinoamérica en 2025”

La infografía que observas es una fotografía política de la región: quién gobierna, con qué inclinación ideológica y qué países se acercan a elecciones clave.

Según esta imagen:

  • 8 países se ubican en la izquierda (México, Guatemala, Nicaragua, Colombia, Venezuela, Brasil, Cuba, Uruguay).

  • 1 país aparece como centroizquierda (República Dominicana).

  • 9 países se clasifican como de derecha (El Salvador, Costa Rica, Panamá, Ecuador, Paraguay, Argentina, Puerto Rico, Perú y Bolivia).

  • Honduras y Chile, hoy gobernados por la izquierda, aparecen en un apartado especial como “próximos a elecciones”, con fechas clave en noviembre y diciembre.

Más allá de los colores, el mapa sugiere algo importante: Latinoamérica sigue siendo un péndulo político, donde la balanza se mueve entre proyectos de izquierda y derecha, impulsada por factores como la economía, la seguridad y el descontento ciudadano.

¿Qué nos dice este mapa sobre la región?

  1. No hay un dominio absoluto de un solo bloque.
    La izquierda y la derecha conviven casi en equilibrio. La región no está “tomada” por una ideología, sino repartida en bloques que compiten por interpretar el malestar social y ofrecer soluciones.

  2. La etiqueta ideológica es un atajo, no una foto completa.
    Un gobierno clasificado como “izquierda” puede aplicar políticas fiscales conservadoras, y uno de “derecha” puede expandir programas sociales. Los colores simplifican una realidad mucho más compleja, pero sirven como punto de partida para la conversación pública.

  3. Las próximas elecciones pueden reconfigurar el tablero.
    Honduras y Chile serán una prueba: si los gobiernos actuales se revalidan, la izquierda consolida parte de su presencia; si pierden, el péndulo se moverá de nuevo hacia el centro o la derecha.

¿Por qué esto importa para la ciudadanía?

Porque la ideología en el poder influye en decisiones concretas que tocan la vida cotidiana: impuestos, subsidios, regulación del mercado laboral, enfoque en seguridad, políticas ambientales o de género, entre muchas otras.

Sin embargo, es clave recordar algo:

Un gobierno no se evalúa solo por “ser de izquierda” o “de derecha”, sino por qué resultados ofrece en democracia, bienestar y respeto a los derechos humanos.

Este tipo de mapa es una invitación a mirar la región con una visión comparada: ¿qué está funcionando, qué no, y qué podemos aprender de los aciertos y errores de los vecinos?

Sesión de preguntas y respuestas que el público podría hacerse

A continuación, una posible dinámica de preguntas y respuestas para abrir el diálogo alrededor de la infografía:

1. ¿Significa que Latinoamérica “se volvió de izquierda” o “de derecha”?

Respuesta:
No exactamente. El mapa muestra un equilibrio inestable: varios gobiernos de izquierda y varios de derecha. Más que un giro definitivo, parece un péndulo que responde a ciclos de crisis, promesas incumplidas y cambios de humor social.

2. ¿Por qué algunos países cambian tanto de signo político en cada elección?

Respuesta:
Porque el voto en muchos países se ha vuelto más volátil y menos fiel a los partidos tradicionales. La gente cambia de opción buscando resultados rápidos frente a problemas como la inseguridad, el desempleo o la corrupción. Cuando un gobierno no cumple expectativas, el electorado suele girar hacia el otro extremo.

3. ¿Ser de izquierda o de derecha garantiza una buena economía?

Respuesta:
No. Hay ejemplos de buen desempeño económico y de crisis profundas tanto en gobiernos de izquierda como de derecha. Lo que marca la diferencia suele ser la calidad de las instituciones, la estabilidad de las reglas de juego y la capacidad técnica para gestionar el Estado, más que la etiqueta ideológica.

4. ¿Por qué algunos gobiernos de derecha ganan en contextos de mucho descontento social?

Respuesta:
Porque una parte de la ciudadanía percibe que la derecha ofrece mano dura en seguridad, disciplina fiscal o lucha contra la corrupción, especialmente cuando sienten que gobiernos anteriores de izquierda no resolvieron esos problemas. Es una reacción frente al miedo y al cansancio.

5. ¿Y por qué la izquierda sigue ganando en otros países?

Respuesta:
En muchos lugares, amplios sectores sociales ven en la izquierda la promesa de reducción de desigualdades, mejoras salariales, educación y salud más accesibles. Cuando los gobiernos de derecha son percibidos como lejanos o alineados solo con élites económicas, el péndulo se mueve hacia la izquierda.

6. ¿Qué papel juegan los medios y las redes sociales en esta polarización?

Respuesta:
Un papel muy fuerte. Redes y medios pueden amplificar mensajes simples y emocionales, convirtiendo la política en una batalla de “buenos vs malos”. Eso alimenta la polarización y hace más difícil debatir matices: reformas técnicas, datos y evidencias quedan en segundo plano frente a eslóganes y polémicas virales.

7. Si un país es de derecha, ¿significa que no habrá políticas sociales?

Respuesta:
No necesariamente. Muchos gobiernos de derecha mantienen o incluso amplían programas sociales, ya sea por convicción o por necesidad política. La diferencia suele estar en cómo se financian, a quiénes benefician y qué tanto se combinan con incentivos al sector privado.

8. ¿Podemos comparar directamente a todos los gobiernos de izquierda entre sí y a todos los de derecha entre sí?

Respuesta:
Con mucha cautela. Bajo la misma etiqueta caben modelos muy distintos:

  • Hay izquierdas más institucionales y otras más personalistas.

  • Derechas más liberales en lo económico y otras más estatistas.
    Es más útil comparar políticas específicas (salud, seguridad, impuestos, educación) que asumir que todos los “del mismo color” gobiernan igual.

9. ¿Qué implican las elecciones en Honduras y Chile para este mapa?

Respuesta:
Son un posible punto de inflexión. Si los oficialismos de izquierda se mantienen, la región conserva un bloque progresista importante. Si pierden, el mapa se acercaría a un escenario con mayor peso de la derecha. Más allá del color, lo relevante será ver qué mensajes y propuestas terminan conectando con la ciudadanía.

10. ¿Cómo debería usar esta información un ciudadano común?

Respuesta:
Como punto de partida, no como verdad absoluta. El mapa puede ayudarte a:

  • Entender en qué contexto regional se mueve tu país.

  • Preguntarte qué promesas han cumplido o no los gobiernos de tu signo.

  • Comparar políticas concretas con otros países que enfrentan problemas similares.

Lo importante no es solo de qué color está pintado tu país, sino cómo se traduce eso en calidad de vida, libertades y oportunidades reales.

11. ¿Tiene sentido seguir hablando de “izquierda” y “derecha”?

Respuesta:
Sí, pero con matices. Son categorías que ayudan a ordenar debates, pero cada vez resulta más necesario hablar también de otros ejes:

  • más o menos respeto a las instituciones,

  • apertura o cierre al diálogo,

  • transparencia o corrupción,

  • políticas basadas en evidencias o en intuiciones.

Es posible que en el futuro hablemos menos de izquierda/derecha y más de gobiernos eficaces, democráticos y responsables frente a los ciudadanos.

12. ¿Qué pregunta deberíamos hacernos al ver esta infografía?

Respuesta:
Tal vez la más importante sea:

“Más allá del color, ¿qué modelo de país queremos construir y qué estamos exigiendo a quienes gobiernan?”

Porque la democracia no se agota en elegir entre rojo o azul: se fortalece cuando una ciudadanía informada pregunta, contrasta, participa y fiscaliza.

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