¿Quién “usa” más agua en casa? Una mirada económica a la extracción doméstica de agua en Latinoamérica

En los debates sobre cambio climático y sostenibilidad es común escuchar frases como “este país gasta mucha agua” o “la gente debería consumir menos”. Sin embargo, desde la economía y la estadística es clave precisar qué estamos midiendo cuando hablamos de “uso de agua”.

En Boson Planning realizamos un análisis para 20 países de Latinoamérica, combinando dos fuentes oficiales:

  • FAO–AQUASTAT, con el indicador “Total water withdrawal per capita (m³/inhab/year)”, que mide cuánta agua dulce se extrae en promedio por habitante al año (para todos los usos: agrícola, industrial, doméstico, etc.).

  • Banco Mundial – World Development Indicators, con el indicador “Annual freshwater withdrawals, domestic (% of total freshwater withdrawal)” (ER.H2O.FWDM.ZS), que indica qué porcentaje de esa extracción total se destina al uso doméstico/municipal.

A partir de estos dos indicadores para el año 2022, estimamos para cada país la extracción de agua para uso doméstico per cápita, expresada finalmente en litros por habitante por día.

¿Qué significa “extracción doméstica per cápita”?

Una de las principales aclaraciones metodológicas es que este indicador no representa el consumo exacto de cada persona en su hogar.

La lógica es la siguiente:

  1. Cada país extrae un cierto volumen de agua dulce al año de ríos, lagos y acuíferos.

  2. Una parte de ese volumen se asigna al sector doméstico/municipal (hogares, servicios urbanos, parte del comercio, etc.).

  3. Esa cantidad se divide entre la población total del país.

El resultado es un valor en litros por habitante por día que responde a la pregunta:

“Si repartiéramos entre toda la población el volumen de agua que el país extrae para uso doméstico, ¿cuántos litros le corresponderían en promedio a cada persona al día?”

Se trata, por tanto, de una medida de intensidad relativa de extracción doméstica de agua a nivel país, útil para comparar países entre sí, pero que no debe interpretarse como un “medidor directo del grifo” de cada familia.

Cómo se construyó el indicador

Para cada país iii de la región:

  1. Tomamos de AQUASTAT el total de agua extraída por habitante en 2022:

    Ti=Total water withdrawal per capita (m³/hab/an˜o)T_i = \text{Total water withdrawal per capita (m³/hab/año)}Ti​=Total water withdrawal per capita (m³/hab/an˜o)

  2. Tomamos del Banco Mundial el porcentaje de esa extracción total que corresponde a uso doméstico:

    D%i=Domestic freshwater withdrawals (% of total)D\%_i = \text{Domestic freshwater withdrawals (\% of total)}D%i​=Domestic freshwater withdrawals (% of total)

  3. Estimamos la extracción doméstica per cápita en m³/hab/año:

    Di=Ti×D%i100D_i = T_i \times \frac{D\%_i}{100}Di​=Ti​×100D%i​​

  4. Convertimos a litros por habitante por día:

    Li=Di×1000365L_i = D_i \times \frac{1000}{365}Li​=Di​×3651000​

Con estos cálculos construimos un ranking regional que ordena los países según su valor de LiL_iLi​, y presentamos en el infográfico el Top 10 de Latinoamérica en extracción de agua para uso doméstico per cápita.

Que nos muestra esta tabla: En palabras sencillas: esta tabla muestra, para cada país, cuánta agua se extrae por persona al año en total, qué parte corresponde al uso doméstico y cómo se ve eso en litros al día por persona.

Que Contiene:

  1. Pos: La posición en el ranking (1 = país con mayor extracción doméstica per cápita).

  2. País
    El nombre del país.

  3. Total m³/hab/año
    El total de agua dulce extraída por habitante en un año, para todos los usos (agrícola, industrial, doméstico, etc.).
    La unidad es metros cúbicos por habitante al año (m³/hab/año).

  4. % doméstico del total
    El porcentaje de esa extracción total que se destina al sector doméstico/municipal.

  5. Doméstico m³/hab/año
    La cantidad de agua extraída por habitante solo para uso doméstico/municipal, también en m³/hab/año.
    Aquí ya se está aplicando el porcentaje doméstico al total.

  6. Doméstico L/hab/día
    El mismo dato anterior, pero convertido a litros por habitante por día.

Qué nos dice (y qué no nos dice) este ranking

Desde una perspectiva económica, este indicador permite hacerse varias preguntas relevantes:

  • ¿Qué países muestran una intensidad de extracción doméstica per cápita particularmente alta?

  • ¿Hasta qué punto eso refleja una mayor cobertura de servicios de agua, un patrón de consumo más intensivo o, por el contrario, ineficiencias y pérdidas en las redes?

  • ¿Cómo se relaciona este indicador con variables como el ingreso per cápita, la tasa de urbanización o la estructura productiva?

Es fundamental subrayar que un valor alto no debe leerse mecánicamente como “la gente desperdicia agua”, ni un valor bajo como “el país es eficiente”. Hay países con alta extracción doméstica per cápita porque tienen redes urbanas extensas, climas que exigen más agua para ciertos usos o simplemente porque registran mejor sus datos. Otros pueden tener valores bajos porque una parte importante de la población no está conectada a redes formales o porque hay subregistro estadístico.

En otras palabras, el ranking ofrece una señal cuantitativa, pero su interpretación requiere contexto.

Implicaciones para la política económica del agua

Pese a sus limitaciones, este tipo de indicadores es muy útil para la planificación económica y territorial:

  • Ayuda a identificar países donde puede ser prioritario revisar la eficiencia de las redes de distribución, por ejemplo si la extracción doméstica per cápita es muy alta y se sospecha de pérdidas significativas.

  • Permite vincular la agenda de infraestructura hídrica con debates sobre equidad y acceso: un nivel bajo podría ser síntoma tanto de eficiencia como de subabastecimiento, especialmente en zonas rurales o periferias urbanas.

  • Abre la puerta a análisis más finos al interior de cada país: diferencias entre regiones, ciudades y estratos socioeconómicos, que son clave para diseñar tarifas, subsidios y programas de inversión.

Desde Boson Planning creemos que la discusión sobre agua en Latinoamérica debe ir más allá de los slogans y apoyarse en indicadores claros, comparables y metodológicamente transparentes.

Este ejercicio con datos de FAO–AQUASTAT y Banco Mundial es un punto de partida: permite visualizar cómo se posicionan los países de la región en términos de extracción doméstica de agua per cápita, y abre preguntas sobre el equilibrio entre acceso, eficiencia y sostenibilidad en la gestión del recurso hídrico.

Preguntas frecuentes sobre el indicador

1. ¿Este indicador significa que cada persona realmente usa esa cantidad de litros al día en su casa?
No exactamente. El dato de “litros por habitante por día” se calcula repartiendo entre toda la población el volumen de agua que el país extrae para uso doméstico/municipal. Es una medida promedio a nivel país, no un registro de lo que pasa en cada hogar. Además, en el camino hay pérdidas en la red, usos no residenciales y diferencias entre ciudades y zonas rurales.

2. ¿Por qué hablan de “extracción” y no simplemente de “consumo” de agua?
Porque las fuentes oficiales (FAO–AQUASTAT y Banco Mundial) miden cuánta agua se retira de las fuentes (ríos, lagos, acuíferos) para distintos usos. Eso es “extracción” o withdrawal. Parte de esa agua llega a los hogares, otra se pierde por fugas y otra se usa en servicios urbanos. Medir solo el “consumo final” de cada persona requeriría información mucho más detallada que casi ningún país publica de forma sistemática.

3. ¿Qué incluye exactamente el “uso doméstico/municipal”?
Incluye el agua que se destina a:

  • Hogares y viviendas.

  • Servicios urbanos (por ejemplo, parte del comercio, instituciones públicas, etc.).

  • Algunas actividades no agrícolas que se abastecen de la red municipal.

Por eso el indicador no es solo “hogares” en sentido estricto, sino el conjunto de usos conectados al sistema de agua potable urbano.

4. ¿Este indicador me sirve para comparar mi factura de agua con otros países?
No de forma directa. Tu factura refleja el agua facturada a tu vivienda, mientras que el indicador trabaja con:

  • Agua extraída para el sector doméstico/municipal (antes de pérdidas y fugas).

  • Datos agregados a nivel país.

Te da una idea del orden de magnitud del uso doméstico en tu país, pero no sustituye el análisis de consumos reales en cada ciudad, empresa de agua o barrio.

5. ¿Qué tan importantes son las pérdidas de agua (fugas) en este indicador?
Son muy importantes. Este indicador suma todo lo que se extrae para uso doméstico/municipal, incluyendo el agua que se pierde en la red antes de llegar a los hogares. Por eso, un país con muchas fugas puede aparecer con una extracción doméstica per cápita alta, aunque el consumo efectivo en las casas no sea tan elevado. Interpretar el ranking siempre exige considerar la calidad de la infraestructura y la eficiencia del sistema.

6. ¿Por qué algunos países con menor ingreso aparecen alto en el ranking?
Puede deberse a varias razones combinadas:

  • Patrones de consumo intensivos (por clima, cultura, tipo de vivienda).

  • Pérdidas elevadas en las redes de distribución.

  • Actividades urbanas no residenciales que usan mucha agua.

  • Diferencias en cómo cada país mide y reporta los datos.

No es correcto concluir que “la gente de ese país es más derrochadora” solo por el valor del indicador. Es una señal que invita a revisar con más detalle qué está ocurriendo.

7. ¿Este indicador dice algo sobre el agua usada en agricultura e industria?
Indirectamente sí, pero no es su foco. Lo que hacemos es partir del total de agua extraída por habitante (que incluye agricultura, industria y uso doméstico), y tomar solo la fracción que los datos oficiales atribuyen al sector doméstico/municipal.
Si se quiere analizar agricultura o industria, hay que mirar otros indicadores específicos por sector.

8. ¿Por qué usan datos de 2022 y no de años más recientes?
Porque 2022 es el último año para el cual FAO–AQUASTAT y el Banco Mundial publican de forma consistente ambos indicadores que necesitamos para construir la serie (total de agua extraída per cápita y porcentaje doméstico). A medida que las organizaciones actualicen sus bases, se podrán recalcular los valores para años posteriores, manteniendo la misma metodología.

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